Desde la Pedofilia hasta la PornografÃa Infantil que Proporciona el crimen Organizado
Se define la pedofilia como la atracción sexual por menores de edad. Cabe aclarar que bajo esta condición la persona emplea la fantasÃa o la rumiaciòn de ideas al respecto y más importante es que dichas fantasÃas o ideaciones les produce excitación. Se hace necesario destacar que el pedófilo no ha pasado de la lÃnea y pero sà puede ser un consumidor de pornografÃa infantil. Por su lado, el pederasta es cuando la persona agrede sexualmente a un menor de edad. Esta acción incluye todo tipo de conducta o comportamiento en que se use al menor de edad como objeto sexual.
A continuación expondremos algunas consideraciones puntuales en torno a los pederastas ya que se constituyen en la verdadera amenaza para los menores de edad. El pederasta podrá invertir meses o años para agredir sexualmente a la vÃctima y las estrategias que emplean son las de  fomentar una relación de confianza, seducción, manipulación, chantaje y amenaza a la vÃctima. Se ha establecido que es en la adolescencia cuando se inicia la ideación o fantasÃas sexuales con menores de edad y la elección de esta población etaria en particular como objeto de placer. Cabe recordar que es en esta etapa de la vida, la adolescencia, cuando resurgen los conflictos de la infancia y niñez no resueltos, por lo que se ha señalado que los pederastas en su momento fueron vÃctima de agresión sexual y están reproduciendo una conducta aprendida, pasando a ser ahora victimarios.
Se han hecho dos clasificaciones de pederastas: 1. el situacional o incidental que aprovecha las oportunidades que se tiene para cometer la agresión sexual, a manera de ejemplo, cuando está solo con la vÃctima. 2. El pederasta preferencial quien busca una caracterÃstica especifica en su vÃctima, que es lo que lo atrae hacia la misma, que puede ser la edad: infantes, niños, preadolescentes o adolescentes. Los pederastas no suelen tener pareja y si la tienen es para guardar las apariencias o como pantalla. Les gusta estar en lugares que les permita la cercanÃa a menores de edad. El pederasta preferencial tiende a ser más compulsivo que el situacional.
Las caracterÃsticas que se pueden señalar y destacar de los pederastas son las que a continuación se anotan:  hay mayor porcentaje hombres que mujeres, sus edades pueden oscilar entre los 30 a 50 años o de edad avanzada, presentan baja autoestima, son impulsivos, dificultades en relaciones interpersonales sobre con su pares, por eso prefieren la compañÃa de menores de edad, cierto nivel de inmadurez, falta de empatÃa con sus vÃctimas, por lo general están vinculados o emparentados con las vÃctimas, no muestran remordimiento por la agresión sexual contra el menor de edad más bien tiende a justificarlo. Reincide por su impulsividad. Es importante anotar que el pederasta tiene su estado mental conservado, por tanto es plenamente consciente y responsable de sus actos y en consecuencia imputable. Existen tratamientos psicológicos, farmacológicos y quÃmicos para los pederastas, pero su reincidencia es alta por su compulsión y pérdida de control al objeto de su atracción.
Los delincuentes empresariales estructurados a través del crimen organizado han encontrado en los pedófilos y pederastas un mercado para vender la pornografÃa infantil. Para tal efecto comercializan, distribuyen y captan clientes para su negocio que les producen dividendos millonarios. Cabe aclarar  que en la producción de pornografÃa infantil, los delincuentes que se dedican a esta actividad ilÃcita no son necesariamente ni pedófilos ni pederastas y si tienen que recurrir al secuestro de menores de edad y al uso de la violencia para lograr sus objetivos, lo  harán sin el menor pudor.
Ante este panorama un poco deprimente por un lado, que no se ha encontrado un tratamiento efectivo para los pedófilos ni pederastas, la buena noticia es que  la cooperación entre las agencias de policÃas a nivel mundial como en Europa y América Latina ha logrado desmantelar organizaciones criminales dedicadas a la producción de pornografÃa infantil y capturar a su clientela. Pero mientras exista demanda habrá oferta, y es una realidad con la que deberemos convivir hasta que se le logre reducir a su mÃnima expresión estos flagelos sociales que atentan contra el bienestar e integridad de una población vulnerable como lo son los menores de edad.
El autor es psicólogo-criminólogo, especialista en drogodependencia y seguridad ciudadana, docente universitario
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