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Fiestas ilegales parte de la ‘Nueva Normalidad’

Por: Christian De León | Publicado el: 01 junio 2021



Desde el conocido “Me la voy a rifar” todo cambió. Las medidas para mantener el COVID-19 a raya pasan por constantes ‘sube y baja’ que nos hacen cuestionarnos y analizarnos como sociedad. Algunos incluso acusan al gobierno de tener una doble moral, mientras que otros pregonan el: “No se debe imitar lo malo”. La verdad es que, Panamá, para junio de 2021, se encuentra en un verdadero ‘Sálvese quien pueda’.

Con más de un año de pandemia es difícil imaginar que las personas no sepan medir las consecuencias de sus actos, pero de manera contradictoria, existen hechos que hacen dudar de la lógica y estas son las populares fiestas clandestinas. Ilegales porque exceden lo permitido en nuestros días por el Ministerio de Salud, pero normales para otros porque: “somos humanos y son cosas que pueden suceder”.

Se dan cada fin de semana, pero distinta es la forma de juzgarlas. Mucho pesa el ‘status’ social y el área donde se estén realizando. Algunas son exhibidas por los medios hasta el cansancio, pero otras son rodeadas por una manta de silencio. Envueltos en ellas se ven desde altos funcionarios hasta personas que dependen del bono solidario para almorzar.

Lucas Ocampo, psicólogo, mencionó que: “Dentro de todo, es una conducta normal de las personas hacer estas actividades, el COVID ya desgastó a todos y toca ser responsable y cuidarse cada uno, no esperar que otro lo haga. Se acepta que el descaro está presente, pero recordemos que los altos mandos del país tampoco han dado el ejemplo”.

Este último punto nos remonta a sucesos como el ‘Baile de ATLAPA’, las cenas amenas de miembros del PRD en restaurantes que en aquel entonces estaban cerrados, entre otros, donde la autoridad pasó por encima de todo y empezó a sembrar en la gente el sentimiento de ‘Yo también puedo hacerlo entonces’.

Andrés Taylor, estudiante de 23 años, no tuvo reparo en comentar que: “Participo en fiestas y parkines cada fin de semana porque en verdad ya esto del COVID se va quedar para siempre y no por eso voy a quedarme encerrado para el resto de la vida, soy consciente que puedo enfermar a alguien más, pero al final hay mil enfermedades más y más letales que ya existen hace tiempo y no veo que se preocupen tanto por esas”.

Como Andrés existe muchísimos otros temerarios que le han perdido el respeto a la pandemia ya sea porque nunca les importó o porque no encontraron un modelo admirable en el Estado.

Las cifras de personas infectadas a raíz de fiestas ilegales se desconocen y es allí donde se pierde conexión con el suceso. Queda como algo que pasó un solo día, se penaliza y más nada y lo cierto es que pueden estar dándose muertes en segundo plano de inocentes que tuvieron como único pecado convivir con alguien que no toma con mucha consideración a los demás.

¿Posibles soluciones? Difícil decirlo. Por un lado, las restricciones permanecen, pero conseguir que el ciudadano cotidiano vea con ese temor del inicio una vez más al covid-19 será imposible, por lo que mayores consecuencias económicas aparecen en el panorama como la única causante de que el panameño pueda respetar las reglas un poco más.

‘Tocar el bolsillo’ siempre hace pensar un poco más a los ciudadanos, la experiencia lo dicta. En definitiva y como recomendación se debe alcanzar una protección personal más férrea. Solo así podemos estar un poco más seguros en un país que celebra sin reparo cada sábado y domingo. Si otros no toman conciencia, hazlo tú. Lo bueno es lo único que se debe copiar…

El autor es Estúdiate de Periodismo

 

 

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