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Golpe de timón a la Facultad de Ciencias de la Educación

Por: Eric Santamaría Vallejos ericsantamarillavallejos995@gmail.com | Publicado el: 13 septiembre 2020



La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá, en sus treinta y cinco (35) años de vida institucional, ha jugado un rol importantísimo en la formación de formadores desde, 1935, y su consecuente inserción dentro de un proyecto de nación.  Ahora, es soslayada por “intereses” de mucha intensidad por parte de dos (2) grandes frentes, a saber: “el político” y “el mediático”.

En lo político, las decisiones de posturas ideológicas partidistas, clientelista y de mercantilización que se asuman en determinada coyuntura (correctas o no) son factores de riesgos a considerar, porque pueden incidir tremendamente en la buena marcha de una organización o sistema o, por el contrario, obstaculizarlo.

Lo mediático, no obstante, y sin menoscabo de lo político (ya que se conjugan), se enfoca más que en la descomposición de una imagen, al desprestigio oportuno de esta, ya en crisis de credibilidad o, por el contrario, a la conformación de una visión sesgada, que sea socialmente aceptada.

Conduciendo a conductas mediatizadas del qué se dice, cómo se dice, en qué contexto se dice, cómo se percibe y cuánto de lo que se dice es verdad, obligan para tener en cuenta las configuraciones mentales de muchos panameños. El propio proceso de la configuración mental de quienes asumen dichos cuestionamientos o acuerpan esas conjeturas, no son otra cosa que el reflejo de lo que lo mediático en contubernio con lo político, pretende que la sociedad crea.

La conciencia, como una aptitud dentro de una sociedad transdisciplinaria, es una expresión de pensar, asumir, actuar y valorar “conscientemente”.  Entonces, es un requerimiento insoslayable, por parte de la comunidad educativa, atender las siguientes interrogantes: ¿Qué informaciones implica el concepto de calidad referida a los sistemas educativos en el nivel superior? ¿Qué son predictores de calidad y cuáles certifican que una Facultad de Ciencias de la Educación es eficaz y eficiente en su oferta? ¿De qué pruebas evaluativas certificadas por organismos internacionales nos valemos para afirmar que una escuela normal es de igual calidad frente a una Facultad con rango universitario? ¿Hay estudios que de forma categórica maticen cuáles escuelas normalistas de la región son de calidad y cuáles no? ¿En esos estudios se determina o no la calidad formativa de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá, u otra local o regional, de acuerdo con la inserción exitosa de sus egresados en el campo ocupacional? ¿Qué estudios regionales existen para justificar un retroceso en las tendencias de formación de formadores, que apuntan en trasformar las escuelas normalistas en Facultades de Educación, según criterios de pruebas regionales “no estandarizadas”, las consideran como referencias para justificar tales transformaciones?

¿Qué evidencias confirman que los egresados de una escuela de bachillerato pedagógico son más idóneos en término de formación de calidad frente a los egresados de una Facultad de Ciencias de la Educación? ¿Son los que lideran los campos de las ciencias pedagógicas o ciencias de la educación, en términos de formación, investigaciones, publicaciones indexadas, innovaciones entre otros aspectos? ¿Qué centro de formación de formadores actualmente en Panamá, lideran las ciencias pedagógicas?  

La construcción de justificantes en el proyecto de una “universidad pedagógica”, precisan niveles de credibilidad para responder, por ejemplo, a interrogantes como: ¿Mientras que a la primera casa de estudios superiores, con una población estudiantil de más de ochenta mil estudiantes, con presencia institucional a todo lo largo y ancho del país le recortan presupuestos para mejorar sus servicios y ofrecer una mejor calidad en su formación, en contra parte, pretenden crear otra universidad, dualizando funciones e incrementando presupuesto que no le conceden a una universidad ya existente?.  ¿Qué tan cierto es que se han efectuado estudios serios en término estratégico para la creación de una nueva universidad en una región en particular, valorando las consecuencias presupuestarias frente a una universidad oficial con presencia institucional en todo el territorio nacional? ¿Contamos con estudios estratégicos de lo que conlleva la creación de una nueva universidad y el incremento del presupuesto del estado para la creación de una nueva organización de formación del tercer nivel superior?

¡Qué debemos creer! Edgar Morín, comparte: Creo en la tentativa de desarrollar un pensamiento lo menos mutilante posible y lo más racional posible. Lo que me interesa es respetar los requisitos para la investigación y la verificación, propios del conocimiento científico, y los requisitos para la reflexión, propuestos por el conocimiento filosófico”. Obviamente, supone que, para las tomas de decisiones correctas, el pensamiento mensurado debe prevalecer sobre lo político y lo mediático.   

La ausencia del pensamiento conciente o mensurado, conlleva a las configuraciones de reflexiones mutilantes, irracionales, manipulables, modificables y de consumo desproporcionado, que, según Ernesto Sábato, originan lo foráneo, lo superfluo, la imposición de patrones y formas de pensar y actuar así sea contra su propia existencia.

La creencia de ideas, conductas y valoraciones sesgadas que nos quieren encasillar sobre la calidad de la formación que se verá más garantizada en una universidad pedagógica de posible creación frente a una universidad con más de 85 años de servicios a la nación; debe llamar la atención de todos, pues por el desconocimiento descuidamos o, si se quiere, dejamos de ejercitar la conciencia, situación oportuna para que nuestros pensamientos sean modelados de acuerdo a intereses descritos con antelación.

Hoy puede ser una universidad pedagógica, mañana, la universidad de ciencias médicas, luego, la universidad de los pueblos originarios y finalmente, la consabida práctica de reducción presupuestaria y la carencia de insumos para asegurar procesos de calidad en la formación en el futuro de universidades recién creadas.   

Lo paradójico, la creación de nuevas universidades (piñatas universitarias) para crear o afianzar su “networking partidista”. Clientelismo regional es la definición actual existente del concepto de calidad definida por lo político en componenda con lo mediático.  Pero, lo más preocupante, que la actual administración de la Facultad de Ciencias de la Educación está en mutis total. ¿Por qué será?

El autor es Docente-Catedrático Titular Universidad de Panamá

La responsabilidad de las opiniones expresadas y la publicación de los artículos, estudios y otras colaboraciones firmadas, corresponde exclusivamente a sus autores, y no la posición del medio.

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