Lo que las noticias no cuentan: desigualdad, silencios y un paÃs que apenas empieza a verse
El 6 de mayo, Panamá hizo algo que debió hacer hace años: observarse. No desde la emoción polÃtica ni desde el ruido de las redes, sino desde un ejercicio internacional que pone números donde antes solo habÃa intuiciones. Ese dÃa, CECODES —Centro de Comunicación y Derechos— coordinó la primera participación del paÃs en el Monitoreo Global de Medios (GMMP), el estudio más grande del mundo sobre cómo se representa a mujeres y hombres en las noticias.
El resultado no toma por sorpresa, pero sà incomoda: las mujeres siguen siendo mayorÃa en la vida cotidiana, pero minorÃa en la narrativa informativa. Apenas el 33% de las personas que aparecen en las noticias panameñas son mujeres. Y no solo eso: su visibilidad es frágil, casi condicionada a la juventud. Entre los 13 y 19 años están presentes; después de los 65, desaparecen del radar mediático. Mientras tanto, los hombres ocupan cómodamente los micrófonos hasta los 80.
Los datos no son un comentario casual: son una radiografÃa de cómo se concibe la autoridad en nuestro paÃs. Las mujeres figuran solo como el 27% de sujetas de la noticia, el 30% de voceras y el 33% de expertas. La ecuación es simple: cuando se necesita explicar, analizar o interpretar, los hombres siguen siendo llamados primero.
Y aunque muchas periodistas sostienen la maquinaria informativa, especialmente en prensa escrita y televisión, el estudio revela que el 61% de las noticias aún son elaboradas por hombres. En radio, la presencia femenina apenas roza un 17%. No es solo quién aparece: es quién narra, quién decide, quién define qué importa.
Sin embargo, lo más revelador del GMMP no está solamente en la desigualdad, sino en las ausencias. Ni una sola persona con discapacidad fue registrada como sujeto, fuente o vocerÃa en las 150 noticias analizadas. Las personas racializadas apenas alcanzaron el 6%. Panamá es un paÃs diverso, pero sus noticias siguen siendo sorprendentemente monocromáticas.
Las mujeres, además, son convocadas sobre todo para hablar de salud, arte, temas sociales y violencia de género; los hombres se reparten polÃtica, gobierno, economÃa y deportes. No es casualidad. Es estructura. Es costumbre. Es cultura.
La participación de Panamá en este estudio por primera vez abre una puerta que ya no se puede cerrar. Los medios no son solo narradores: son constructores de realidad. Y cuando una parte del paÃs casi no aparece en esa realidad, el mensaje es claro: lo que no se ve, no existe… o al menos, no se considera importante.
CECODES lo resume como un punto de partida. No un reproche, sino un llamado a modernizar las prácticas, abrir las agendas, cuestionar inercias. Porque si el periodismo es un servicio público —como nos gusta repetir— entonces debe servirles a todas las personas, no solo a las que han tenido siempre el micrófono.
El GMMP 2025 no deja dudas: Panamá debe contarse mejor para entenderse mejor.
 Esta vez nos vimos en el espejo. Ahora queda decidir qué hacemos con la imagen.
La autora es Periodista


