La génesis de la dictadura militar en Panamá: Ruptura de la democracia y la consolidación del poder
La instauración de la dictadura militar en Panamá se dio con el golpe de Estado del 11 de octubre de 1968, que depuso al recién presidente de la República, Arnulfo Arias Madrid, y que marcó una de las etapas más significativas y controversiales en la historia panameña. La dictadura militar que se extendió por más de dos décadas. Este episodio se constituyó en un proceso complejo y lleno de tensiones polÃticas, fragilidad institucional y luchas de poder que venÃan gestándose desde años atrás.
Desde mediados del siglo XX, Panamá experimentaba una polÃtica marcada por las constantes intervenciones militares en los asuntos del gobierno panameño. La Guardia Nacional, institución encargado del orden interno, habÃa evolucionado hasta convertirse en un actor con influencia determinante en la polÃtica, capaz de inclinar la balanza en momentos de crisis. A ello se sumaba un sistema partidista fragmentado, caracterizado por prácticas clientelistas, rivalidades históricas y una frágil cultura democrática.
Las elecciones generales del 12 de mayo de 1968 llevaron nuevamente a Arnulfo Arias a la presidencia, un caudillo carismático, pero confrontativo, que habÃa sido depuesto en dos elecciones anteriores. Su relación con la Guardia Nacional era particularmente tensa, debido a sus intentos previos de reformar y limitar la influencia de los militares. Una vez juramentado en el cargo, tomó decisiones que agravaron el conflicto. Procedió a destituir, relevar y asignar a otras funciones sin mando menos relevantes a varios oficiales influyentes, entre ellos figuras que posteriormente jugarÃan papeles claves en la toma de poder, como el coronel BolÃvar Urrutia y el teniente coronel Omar Torrijos Herrera. Estas acciones fueron interpretadas como una amenaza directa a los intereses corporativos de la institución militar y como una estrategia para limitar su influencia polÃtica.
En los meses siguientes al golpe, emergió la figura del teniente coronel Omar Torrijos, quien consolidó su liderazgo militar y asumió un rol protagónico en la orientación del Estado. Torrijos articuló un discurso basado en el nacionalismo, la justicia social y la unidad del paÃs frente a las élites tradicionales, "Este proceso no es de una élite, sino del pueblo que por años fue excluido. Nuestro deber es llevar justicia y oportunidades al campesino, al trabajador y al estudiante. La Guardia Nacional asume esta misión para unir al paÃs y construir una Panamá más digna y soberana para todos." (Discurso dado al pueblo en 1968 por Torrijos), Lo que le permitió ir ganando el apoyo de los sectores populares, campesinos, estudiantiles y sindicales.
El establecimiento de la dictadura panameña responde a varios factores interrelacionados: El descrédito de la clase polÃtica tradicional, percibida como corrupta e ineficiente. La dinámica geopolÃtica de la Guerra FrÃa, que favorecÃa gobiernos fuertes y anticomunistas en la región. En conjunto, estos elementos facilitaron que la Guardia Nacional no solo tomara el poder, sino que se mantuviera en él.
El régimen se institucionalizó con la Constitución de 1972, que otorgó al Jefe del Estado Mayor de la Guardia Nacional un rol determinante en la conducción del paÃs, incluso por encima de los presidentes civiles. Con este marco legal, el poder militar quedó formalmente consolidado, y aunque existieron figuras civiles en la presidencia, el mando real permaneció en manos de Torrijos hasta su muerte en 1981.
El inicio de la dictadura militar en Panamá en 1968 no fue un simple golpe de Estado, sino la culminación de un proceso histórico de tensiones acumuladas entre el poder civil y militar, dentro de un sistema polÃtico debilitado. El derrocamiento de Arnulfo Arias representó el punto de inflexión que permitió a la Guardia Nacional convertirse en el actor dominante del Estado, configurando un régimen que marcó profundamente la historia polÃtica, social y económica del paÃs. La comprensión de este proceso no solo permite analizar el pasado, sino también entender los desafÃos actuales de la democracia panameña.
El autor es estudiante de la MaestrÃa en Historia de las Relaciones de Panamá con los Estados Unidos de la Universidad de Panamá, Centro Regional Universitario de Panamá Oeste.
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