Sobre la Percepción, Victimización y Realidad de la Delincuencia en Panamá
Se definirá los conceptos de percepción de la delincuencia como el temor del ciudadano a ser vÃctima de un delito; mientras que victimización, como el hecho de haber sido vÃctima de un delito, ambas medidas mediante el empleo de encuestas; y  realidad que son las cifras oficiales sobre la delincuencia que proporcionan  las diferentes instituciones de control social. Se pedirá al lector que tomen en cuenta estas definiciones sencillas que se han presentado para comprender los datos que se exponen a continuación.
Se apoyará en primera instancia,  el presente artÃculo en la I Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana que encuestó a 16, 296 viviendas lo que arrojo una muestra total de 60 mil personas. Sin entrar en detalles, se observa una diferencia entre el resultado de la encuesta de victimización y las cifras presentadas de la realidad por parte de las instituciones de control social.   Las razones para este hecho van desde desconfianza en las instituciones hasta considerarlo como una pérdida de tiempo a presentar la denuncia, pero no es objeto de análisis en el presente artÃculo. Se considera que las cifras de victimización pueden ejercer su influencia en la población  para crear  la percepción que tienen  sobre la delincuencia.
En base a datos proporcionado por el investigador Antonio Méndez del Instituto de Estudios Nacionales (IDEN) de la Universidad de Panamá se destaca lo siguiente: que en nuestro paÃs para el año 2018 se contabilizaron 190 mil jóvenes fuera del sistema educativo (no han ingresado al sistema formal de educación) y que para el mismo año se presentaron 14,262 desertores del sistema escolar. Si sumamos ambas cifras obtendremos un total de 204,262 jóvenes fuera del sistema formal de educación. Esta población es la que observamos que se dedican a la buhonerÃa, a ser asistente de los conductores de buses y otras actividades informales. Se hace necesario destacar que de esta misma población en  un porcentaje significativo son atraÃdos por las pandillas para servir a los intereses del crimen organizado y de esa forma obtener un ingreso económico.
Otros datos necesarios a compartir para que vayamos haciéndonos un panorama de cómo está el bosque y no enfocarnos solo en los árboles solamente, está la estadÃstica que proporciona la ContralorÃa General de la Nación quien señala que para el año 2015 el 85% de niños nacieron fuera del matrimonio. En otras palabras solo el 15% de los niños nacieron dentro de un matrimonio en nuestro paÃs. Si agregamos a estos datos, los que señalan que para el año 2015 nacieron 75mil 901 niños de los cuales 11 mil 046 fueron de madres solteras, 53 mil de madres unidas y  11,439 de madres casadas legalmente. Para agravar el panorama se anota que de la cifra anotada, 14mil242 fueron de adolescentes entre 15 a 19 años. Finalmente a este cuadro inquietante, se agrega los 10 mil divorcios e inclusive en parejas que pertenecÃan a congregaciones religiosas. No es sensacionalista la descripción que se ofrecen con estas cifras con el adjetivo de inquietantes ya que con el uso de la imaginación o de la técnica prospectiva podemos proyectar el panorama que se va a presentar si no se realizan intervenciones efectivas y programas de atención para disminuir el impacto que estas cifras representan y/o pueden tener en nuestra sociedad.
Se puede resumir para finalizar  que las cifras de las encuestas de  percepción no coinciden con las cifras de las encuestas de  victimización y mucho menos estas últimas  con las cifras oficiales de la realidad. Las cifras oficiales de la realidad solo reflejan  una tercera parte de la criminalidad en el paÃs. Que el "ejército" que está proporcionando los jóvenes fuera del sistema de educación formal, los que desertan al sistema educativo, los niños que nacen de hogares incompletos y de los que nacen de madres solteras hace imperativo y urgente  crear programas de intervención para esta población que se ha de constituir o se puede constituir en una verdadera amenaza para la convivencia pacÃfica de la sociedad panameña.
El autor es psicólogo-criminólogo, especialista en drogodependencia y seguridad ciudadana, docente universitario
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